La historia de Papá Noel no es una creación de Coca-Cola, ni de San Nicolás ni de un cuento infantil, existe gracias a un pequeño ser vivo con grandes poderes: el hongo Amanita muscaria.
Robert Gordon Wasson, etnomicólogo, y el antropólogo John A. Rush han investigado los hongos, la perspectiva religiosa y ritualista y también sus propiedades psicotrópicas. En su investigación, ambos llegaron a la conclusión de que el hongo Amanita muscaria está estrechamente relacionado con el imaginario navideño.
Hace cientos de años, se descubrió que la ceremonia del solsticio de invierno de los pueblos indígenas del Polo Norte, especialmente los Koryaks de Siberia y los Kamchadales, tenía tradiciones similares a las de la Nochebuena del siglo pasado.
En las comunidades ancestrales del Ártico, el solsticio de invierno, que se celebra el 21 de diciembre, era una fecha ceremonial y festiva. Se realizaban rituales que eran guiados por chamanes que recolectaban la Amanita muscari, un hongo, también llamado agárico de moscas, que tiene poderosas propiedades alucinógenas.
Amanita muscaria es llamativa y característica en apariencia, con su sombrero rojo con puntos blancos. Crece en el suelo cerca de árboles como el abedul y el pino. Estos últimos, para los indígenas del norte, son árboles de la vida, nombre que se relaciona con su gran altura. Por lo tanto, el lugar donde crecía el hongo agárico de mosca era un lugar de particular valor.
La toxicidad de la Amanita muscaria cuando se ingiere es alta, por lo que antes de tomarla tenían que deshidratarlas en las ramas de los pinos. Una segunda posibilidad era ponerlos en calcetines y extenderlos sobre el fuego, una imagen que se asemeja mucho a la tradición navideña de colgar botas navideñas sobre las chimeneas.
Además, los renos fueron de gran ayuda para reducir la toxicidad del hongo, ya que pueden comer Amanita muscaria sin sufrir los efectos de su veneno. Así, se utilizó la orina de los animales, ya que ya habían filtrado los componentes nocivos del hongo, pero que aún mantenían sus efectos alucinógenos.
Después de que el chamán había ingerido los hongos o bebido la orina del reno, comenzaban las alucinaciones y reacciones de la amanita, como sentimientos de alegría, ganas de cantar o aumento del tono muscular, por lo que cualquier esfuerzo físico era más fácil de realizar.
Cuenta la leyenda que, durante sus viajes los chamanes lograron ver el futuro de la comunidad, podían convertirse en animales y volar hacia la Estrella Polar en busca de conocimientos para compartir con el resto de las personas. Al finalizar su experiencia alucinógena, regresaban al grupo en su yurta (el tipo de vivienda típica de los habitantes de esa región en esa época) y se reunían con los hombres importantes del pueblo para comenzar con la ceremonia del solsticio, además de compartir sus visiones con la comunidad.
Se cree que los viajes psicotrópicos de los chamanes están relacionados con la idea de que Papá Noel viaja con su trineo y renos por los cielos para entregar regalos. El regalo que les dieron los chamanes fue el conocimiento que les dio el hongo, además de compartir porciones del mismo entre los presentes.
Otra similitud con el imaginario navideño es que la entrada a las yurtas era un agujero en el techo, porque la puerta principal estaba cubierta de nieve. Así hizo su aparición el chamán descendiendo desde la parte más alta de la casa, similar a Papá Noel descendiendo por la chimenea.
La vestimenta es otra similitud, ya que para honrar a la Amanita muscaria los chamanes se vestían con ropas rojas y blancas, y para protegerse de la nieve utilizaban grandes botas de cuero de reno que con el tiempo se volvían negras.
La expansión de Papá Noel
Con el tiempo, el cristianismo relacionó la tradición navideña con el obispo turco del siglo IV, San Nicolás de Bari, quien también inspiró el personaje de Papá Noel, ya que solía dar regalos a los necesitados y especialmente a los niños.
«Un Santa Claus alegre, juguetón y a la vez realista» fue el encargo que Coca-Cola le hizo al ilustrador Haddon Sundblom, en 1931. De ahí la imagen actual de Papá Noel.
Así, el poder de la seta Amanita muscaria ha marcado la historia de la Navidad hasta nuestros días. Los ritos en las fechas cercanas al solsticio de diciembre se conservan hasta hoy, con claras modificaciones, pero las setas siguen presentes a través de adornos y diseños navideños que nos conectan con cientos de años de tradición.
Artículo: La influencia de las setas alucinógenas en la Navidad de Fundación Fungi.
Fotografía de portada: Pinterest
Infografía * Ladera Sur: https://laderasur.com/infografias/la-relacion-entre-los-hongos-y-la-navidad/