Así como las industrias extractivistas mineras y petroleras, entre otras, están poniendo en serio riesgo la vida en el planeta, en los océanos, la industria pesquera está depredando los ciclos de la vida, con numerosas especies en extinción o camino a la extinción y la depredación de amplias extensiones de ecosistemas marinos vitales para la existencia.
¿Existe industria pesquera sustentable? NO, toda es insostenible
Dirigido y narrado por el cineasta británico Ali Tabrizi, el documental hace recorrer los mares enseñando, por ejemplo, lo importantes que son los tiburones y delfines para los ecosistemas, además de lo dañinos que son los efectos de la pesca comercial en el planeta (teniendo en cuenta que el 85 % del oxígeno que respiramos viene del mar).
El documental está recientemente estrenado en Netflix. Aquí su trailer (subtítulos en español)
Cabe señalar que previo al documental Seaspiracy, otro documental ya permitía desprender cifras devastadoras: “Planeta Azúl”
¿Sabías que un 71% de la Tierra está cubierta por agua?
¿Y que el 74% de las especies aquí, son acuáticas?
¿Sabías que aproximadamente 2.7 billones de peces son pescados a cada año?
¿Y que de esto, hasta un 40% se descarta como pesca accidental?
Se estima que 200.000 tiburones son asesinados todos los días para la industria que equivale a 73 millones de tiburones todos los años
Además, un tercio de los peces se usan para alimentar a otros animales que la gente se come. Al punto que la crianza industrial de cerdos, vacas y pollos contribuyen a la depredación marina.
A continuación, compartimos un extracto de las lecciones que deja el documental Seaspiracy y que son destacadas por la Revista VOGUE
1. La captura accesoria es un gran problema de la industria pesquera
La captura accesoria —pescar otras especies marinas cuando se intenta capturar otro tipo de pescado— es uno de los grandes problemas que visibiliza el documental (el 40 % de las capturas mundiales se desperdician o no se registran). A menudo, los pesqueros vuelven a lanzar al mar los ejemplares que se capturan por error y, aunque pueda sonar positivo, lo cierto es que estos peces no suelen sobrevivir por la falta de oxígeno o las heridas.
Hay alarmantes estadísticas, que vemos en el documental, que apuntan que 50 millones de tiburones (una especie demonizada, pero que es vital para conservar los mares) son víctimas de la captura accesoria; lo mismo sucede con 10 000 delfines cada año en la costa atlántica francesa según Sea Shepherd, una ONG de conservación marina.
2. Las certificaciones de pesca sostenible no siempre son lo que parecen
Aunque comer pescado de pesca sostenible pueda parecer lo correcto, Tabrizi apunta que etiquetas como las de Dolphin Safe o el Marine Stewardship Council no siempre proporcionan a los consumidores la seguridad que buscan en ese tipo de certificaciones.
En el documental, cuando se le pregunta a Mark J. Palmer —del Earth Island Institute, la organización que gestiona la etiqueta de pesca respetuosa con los delfines— si la etiqueta realmente garantiza la seguridad de estos mamíferos marinos, responde: “No, nadie puede garantizarlo. Cuando un barco está en el mar, ¿cómo vas a saber lo que hace realmente? Tenemos observadores a bordo, pero siempre los pueden sobornar”.
Como respuesta a lo que se plantea en el documental, David Phillips, del International Marine Mammal Project del Earth Island Institute, declaró: “El programa del atún respetuoso con los delfines ha conseguido la mayor disminución de muertes de delfines a manos de barcos atuneros de la historia. Los niveles de bajas han caído un 95 %; se ha evitado la matanza indiscriminada de más de 100 000 delfines cada año”.
Un portavoz del Marine Stewardship Council añadió: “Los pesqueros MSC tienen que adherirse a nuestros requisitos, que son verificables y cuentan con respaldo científico, con lo que se garantiza que siga habiendo ejemplares marinos de esas especies para las futuras generaciones. Las Naciones Unidas han reconocido el impacto positivo de nuestro programa como una herramienta útil para fomentar la biodiversidad de los mares”.
3. Las piscifactorías no son la panacea
A menudo se considera que el pescado de piscifactoría es más sostenible que el que proviene de mar abierto, ya que no se merma la población salvaje de la especie, pero quizá lo que no sabes es que algunos ejemplares son peces que estaban en libertad y que acaban en esas instalaciones para que puedan seguir engordando. Un experto que aparece en el documental considera que las piscifactorías no dejan de ser “pesca de animales salvajes disfrazada”. Además, por ejemplo, el salmón de piscifactoría sería gris si no introdujesen sustancias químicas en su alimentación para darle su famoso tono rosado.
Otros problemas que evidencia el documental son las plagas de piojos marinos; en el metraje vemos cómo los piojos marinos se comen vivos a los salmones. De hecho, millones de salmones mueren en las piscifactorías cada año por enfermedades cardíacas o la anemia.
4. Las redes son una gran fuente de contaminación de la que no se suele hablar
A estas alturas, somos plenamente conscientes de lo contaminantes que son los plásticos de un solo uso para los mares, pero ¿sabías que solo un 0,03 % de los plásticos que contaminan el mar vienen de las pajitas? Aunque es un tema que no suele abordarse, en realidad, las redes y aparejos de pesca generan gran parte de los residuos de plástico que contaminan los océanos —como el 46 % de la isla de basura del Pacífico, en la zona norte de dicho océano—. Huelga decir lo dañinos que son estos residuos para la vida marina: los peces pueden quedar fácilmente atrapados en las redes de pesca.
5. El camarón escarlata se captura con mano de obra esclava
Puede que hayas oído hablar de los diamantes de sangre, pero el periodista medioambiental George Monbiot afirma que los camarones escarlata (también conocidos como “de sangre”) son un tema preocupante, ya que hay informes terroríficos que apuntan a que en Tailandia se usa mano de obra esclava para capturar este tipo de marisco. Un antiguo pescador a quien entrevistan en el documental habla de los abusos que sufrió, de que lo amenazaron a punta de pistola y de que los cadáveres de las personas a las que asesinaban se guardaban en congeladores a bordo de su barco.
6. La única manera de avanzar es reducir el consumo de pescado
Con todo lo que te hemos contado —además de la apabullante cifra de capturas: 2,7 trillones de peces al año, el equivalente a cinco millones de peces cada minuto—, queda claro que tenemos que replantearnos el consumo de pescado y marisco (menos del 1 % de nuestros mares están protegidos ante la pesca comercial). ¿Es posible seguir comiendo pescado desde una perspectiva tanto ética como medioambiental? Tabrizi considera que no.